Vida y esperanza tras una adopción.
Esta es una de tantas historias de vida y esperanza tras una adopción que desde ACI queremos trasmitiros: la historia de Marina.
“Hola me llamo Marina y quiero contaros mi testimonio y experiencia de haber sido adoptada desde muy pequeña. Como no se cómo y por dónde empezar, empezaré por el principio.
Me fuisteis a buscar a Rusia, después de hacer dos viajes, en una lejana ciudad de la Siberia Occidental, cuando era una niña de cabellos rubios y rizados, ojos grandes y pequeña, justo tenía 2 años y 2 meses. A veces les pregunto a mis padres que les sorprendió más cuando me vieron por primera vez y mi madre siempre me responde que fue el tono de mi piel, porque nunca antes habían visto una niña con la piel tan blanca.
Sé que cuando llegué e visitaron varios médicos porque tuvieron que hacerme revisiones y pruebas ya que tenía pequeños problemas como una tos crónica de bronquios y una miopía ya detectada en Rusia, por lo que enseguida me pusieron gafas.
Como soy hija única a veces pienso y se lo digo a mis padres que me gustaría tener un hermano o hermana más pequeño, pero ellos siempre me responden que ya son muy mayores para repetir otro proceso de adopción, complicado y largo.Menos mal que tengo muchos primos para jugar y hablar con ellos, que me quieren mucho y cuando llegué, durante varios años, fui la más pequeña de toda la familia.
Por mi suerte decidisteis darme una cosa que nunca podré devolver: vida y esperanza. Mamá, las cualidades que siempre has tenido y tendrás, que te hacen ser una persona perfecta para mí. Me has transmitido tener paciencia, amor y muchos sentimientos únicos.
A medida que pasaba mi infancia y los años, jugabas conmigo, enseñándome cosas bonitas, comentándome que tenía que valorar a la gente y hacer las cosas lo mejor posible para los demás. Tu eres mi mejor ejemplo a seguir porque valoras ser fuerte en los peores momentos, como cuando el abuelo estuvo ingresado en el hospital y tu estabas serena y tranquila cada vez que te daban una mala noticia sobre su estado de salud y siempre encontrabas una parte positiva para comentarlo a papá y a mí. En aquel momento me di cuenta de lo fuerte que eres, una mujer llena de esperanza y positiva.
Siempre das segundas oportunidades a todo el mundo como a mí también me las das siempre que puedes. Contigo he aprendido a divertirme y a cambiar cada mal momento para explicarlo y reírme después. Has transformado a una niña sin casi oportunidades en el futuro ni esperanzas, en una niña que intenta valorar y hacer las cosas lo mejor posible. Te quiero mamá y puedes contar conmigo para todo lo que necesites, porque ahora ya puedo intentar cuidarte, ¿no?
Es difícil decírtelo pero a veces pienso en una persona que también me dio la vida. Sí, ella. Sé que quizás no tendría que decirlo pero gracias a ella existo. Espero que ella esté bien y con las oportunidades que todos los seres humanos se merecen.
Mamá de nuevo te doy las gracias por influir en la mejor parte de mí, la educada, ser buena persona, la que cuida e intenta lo mejor para todos y cada uno de nosotros. Siempre serás mi protegida que defenderé, si hace falta, con mi vida.
Por otro lado también me gustaría agradecer a mi padre que al igual que como mamá, también me has dado la personalidad que tengo. Cuando era pequeña cada vez que pasaba un rato junto a ti, era una razón para sentirme feliz. Si me cogías en brazos y me dabas vueltas sólo para hacerme reír y me hacías cosquillas para que sonriera, era lo que más me gustaba. Todos los momentos junto a ti eran buenos y alegres. Ahora también hay momentos buenos como los chistes e ironías que compartimos y también las tonterías que decimos par reír y que mamá piensa que parecemos niños pequeños.
Creo que todo niño o niña debería tener unos padres que le hicieran sonreír, con quienes confiar, con quien hacer todas las cosas. Así que si eres un padre o una madre y me estás leyendo deja eso, ve con tus hijos y juega con ellos o haz algo bonito. Si eres un niño, ve con tus padres o con quien más quieras y hazle saber lo importante que es para ti. Si eres un niño al que no han adoptado o estás solo, piensa una cosa,también te tienes a ti mismo, eso es algo que nunca perderás, pero debes tener esperanza, serás feliz. ¿Sabes por qué? Porque eres especial y nadie debería criticarlo. Por muy hundido que estés ten esperanza, porque después de la tormenta, viene la calma”.
¡¡Os quiero mucho papás!!